El pasado 14 de diciembre de 2016 el entonces presidente de los Estados Unidos de América - Sr. Barack Obama, firmó la ley "S.1550, the Program Management Improvement and Accountability Act of 2015 (PMIAA)". La iniciativa impulsada con especial atención por el Project Management Institute (PMI) fue aprobada por ambas cámaras del Congreso con el apoyo mayoritario de los partidos republicano y demócrata. La PMIAA busca reformar la política de Dirección de Programas Federales en cuatro líneas relevantes:
- Creación de una serie de trabajos formales y trayectoria profesional para los administradores de programas (Program Managers) en el gobierno federal.
- Desarrollar una política de Dirección de Programas basada en estándares en todo el gobierno federal.
- Reconocer el papel esencial del patrocinio ejecutivo y el compromiso al designar a un Director Ejecutivo para que sea responsable de la política y estrategia de Dirección de Programas, en las diferentes agencias federales.
- Compartir el conocimiento de enfoques exitosos en la dirección de programas a través de un consejo inter-institucional sobre Dirección de Programas y Proyectos.
El que se reconozca a nivel del gobierno federal como una herramienta no sólo necesaria sino obligatoria para la gestión del diario acontecer de una nación como los Estados Unidos, habla positivamente de la importancia de la gestión de proyectos y claramente contribuirá a que las buenas prácticas se extiendan y consoliden la profesión a nivel internacional.
Pienso que sería muy beneficioso (guardando obviamente las diferencias entre naciones) que algo parecido se pudiera impulsar acá en Costa Rica, y lograr introducir la gestión de programas y proyectos a nivel profesional en los diferentes grupos políticos y de gobierno. Se optimizarían los procesos de inicio, planificación, ejecución, seguimiento-control y cierre de los programas y proyectos, que se realizarían siguiendo estándares y las buenas prácticas reconocidas a nivel internacional y sobre todo se ejercería un control adecuado de las inversiones públicas.
Los costarricenses nos veríamos beneficiados al tener una administración gubernamental más eficaz y eficiente, los problemas actuales de incapacidad de gestión institucional serían cosa del pasado y el salto al desarrollo que requiere nuestro país se empezaría a gestar por medio de líderes altamente preparados en gestión profesional de proyectos y no como sucede actualmente que son los políticos de turno quienes sin conocimiento de la materia, carentes de planificación se atreven a improvisar con las consecuencias que ya todos conocemos sobradamente.