Una cantidad cada vez más notoria de profesionales en ingeniería y gerentes de proyecto presentan debilidad en lo que se conoce en Administración Profesional de Proyectos como "técnicas blandas", es decir técnicas interpersonales y de comportamiento; entre las que destacan: liderazgo de equipo e individual, comunicación oral y escrita, resolución de conflictos, negociación, influencia, delegación, sólo por citar algunas de ellas y que con mayor frecuencia hacen que el éxito del proyecto se vea comprometido.
Para quienes se inician o acceden a la gerencia de proyectos provenientes de las áreas de ingeniería con una fuerte formación y desempeño técnico, el desarrollo de las técnicas blandas puede resultarles extremadamente complejo. Dado que la gerencia de proyectos consiste en lograr que los miembros de un equipo realicen un trabajo en conjunto para lograr los objetivos del proyecto, las técnicas de interrelación personal poseen un incalculable valor y forman parte fundamental de los requisitos técnicos del gerente de proyecto.
Hoy día, las empresas tanto públicas como privadas deben necesariamente fomentar la cultura de proyectos dentro de su organización con base en las mejores prácticas a nivel profesional, pero además deben proveer una sólida formación en cuanto a las técnicas interpersonales y de comportamiento entre los funcionarios que presenten actitud y aptitud hacia la dirección de proyectos; no es válido salir al paso y argumentar que las condiciones técnicas y metodológicas existentes en la organización sean las causas por las que se descuiden los detalles de un proyecto, atender los principios de gestión de personal en la práctica del ejercicio profesional en la administración de proyectos es la forma de evitar las carencias inherentes de un proyecto.
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